Cuando se habla de desarrollo profesional se tiene la idea equivocada de que solo se trata de subir en la escalera corporativa, alcanzar mejores puestos, o simplemente ser más exitoso en términos de negocios. La realidad es que un desarrollo profesional integral implica muchas más cosas, de las cuales algunas no tienen que ver necesariamente con la profesión que se ejerce.
Para muchos se trata de lograr lo que se propusieron como meta en su carrera profesional, para otros es un tema de autorrealización y sentirse bien con uno mismo, pero lo que es relevante sobre este concepto en todas las percepciones que se tienen sobre él es el cómo se llegará a ese fin último. ¿A costa de que?, ¿Se hará con honestidad?, estas son algunas de las preguntas que importan a la hora de proponerse desarrollarse como profesional.
Una de las principales características de un profesional es que es íntegro y que se conduce con honestidad. Es por esta razón que es tan importante darse cuenta que las mentiras no se llevan bien con el profesionalismo y que aunque se trate de mentiras piadosas o mentiras blancas, son una carga si lo que se busca es desarrollarse de manera exitosa.
Deja a un lado las mentiras y ten un mejor desarrollo profesional
Las mentiras en el ámbito profesional nunca son buenas, aún si solo se dicen a uno mismo, con buenas intenciones o para evitar problemas, ya que generalmente y como sucede en la vida personal, estas suelen ser descubiertas. El problema es que en el ámbito profesional las mentiras pueden llegar a ser muy poderosas (pueden descarrilar prometedoras carreras o dañar a grandes empresas) y la gran mayoría de las veces son imperdonables.
Por ejemplo, si se tiene una consultoría o se trabaja de freelancer, con un solo cliente al que se le mienta por alguna u otra razón y este se de cuenta jamás se volverá a tener la misma reputación, ya que seguramente ese cliente dedicará cada oportunidad que se presente para hablar de lo poco profesional y deshonesto que se fue con él, por lo que siempre será mejor asumir responsabilidades a tener que mentir. Alguien que realmente se preocupa por su carrera y desarrollo profesional entiende que cuando se es bueno no hace falta mentir.
Desde pequeños se nos dice que mentir es malo, que no debe hacerse, el gran problema es que esto cambia cuando entramos al ámbito laboral y profesional. Sin embargo, hay que ser capaces de distinguir entre lo que es duradero y lo que no, lo que vale la pena y lo que no, y la realidad es que mentir no servirá más que para generar desconfianza e incertidumbre en los demás, lo cual terminará por dañar o terminar con cualquier aspiración de contar con una carrera decente como profesionista.
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