Los líderes que entienden cómo funcionan los cerebros pueden hacer que ellos y sus equipos sean más ágiles, innovadores y resilientes.
El interés en aplicar la neurociencia a los negocios ha ido creciendo durante décadas. Una de las razones es que los líderes prefieren la idea de optimizar un órgano, que es tangible, a la idea de optimizar el comportamiento, que no lo es. "Si digo: 'Tienes que ser más inteligente emocionalmente', la gente ha respondido: 'No entiendo lo que se supone que debo hacer'", dice. "Si les digo 'puedes construir un camino en tu cerebro que te lo haga más fácil', entonces muchos están más dispuestos a emprender ese proceso".
El pensamiento optimizado requiere un cerebro saludable, por lo que el consejo es dormir, comer, hidratar y ejercitar. El sueño perturbado es particularmente dañino. Su coeficiente de inteligencia puede recibir un golpe del 5 por ciento o más después de una mala noche.
Un cerebro bien alimentado, descansado y oxigenado es necesario para la capacidad de recuperación mental y el máximo rendimiento en medio del estrés y la incertidumbre. "Cuando todas las demás cosas son iguales, la resiliencia mental es el factor que realmente distingue al CEO”. Para mejorar la resiliencia y el rendimiento se recomienda a los líderes que trabajen en lo siguiente:
- Neuroplasticidad
Todo lo que has experimentado en tu vida moldeó y moldeó tu cerebro para favorecer ciertos comportamientos y hábitos. Pero esos comportamientos y hábitos pueden no ser óptimos. Al enfocar la atención y practicar repetidamente comportamientos nuevos y deseables, los líderes pueden redirigir los recursos químicos, hormonales y físicos de sus cerebros para crear nuevas vías. Los viejos, mientras tanto, se marchitan por falta de uso.
El aprendizaje, especialmente las asignaturas que requieren mucha atención, como un idioma o un instrumento musical, es la mejor manera de mejorar la plasticidad. El hecho de que estés obligado a atender cosas que tu cerebro no ha experimentado antes, tiene su propio beneficio además de lo que aprendes. El cerebro se vuelve más flexible, lo que permite cosas como poder regular las emociones, resolver problemas complejos y pensar de forma más creativa".
- agilidad cerebral
Para ser ágil, debes pensar con destreza. La agilidad cerebral es la capacidad de cambiar sin problemas entre diferentes formas de pensar: de lo lógico a lo intuitivo a lo creativo. La agilidad puede ser particularmente importante para los empresarios. El hecho de que el cerebro probablemente piense de diversas maneras o absorba ideas diversas significa que es más probable que detecte tendencias, pivote, se adelante a la curva.
Los que hacen multitareas y tratan de usar varios modos de pensar a la vez, por lo general les va peor en todos. Se recomienda trabajar en problemas consecutivamente y mirarlos desde diferentes ángulos. Los líderes también pueden aprovechar diferentes estilos de pensamiento dentro de sus equipos.
- Dominio de la mentalidad
Las personas con mentalidad fija creen que los rasgos como la inteligencia y el talento se resuelven. Las personas con mentalidad en crecimiento se ven a sí mismas como ‘trabajos en proceso’ y desarrollan su inteligencia y talento a través del trabajo duro. Una mentalidad fija conduce al estancamiento: una mentalidad de crecimiento hacia la innovación y el progreso.
Los líderes con mentalidades fijas deberían usar la neuroplasticidad para tratar de moverse hacia el crecimiento.
- Simplicidad
Un mundo hiperactivo impone demandas imposibles en cerebros limitados. El estrés aumenta. La toma de decisiones sufre. Los líderes deben practicar la atención plena, centrándose en sus cuerpos, la respiración y los pensamientos en el momento, como una forma de reducir las hormonas del estrés y multiplicar los pliegues en la parte del cerebro asociada con la función ejecutiva. Ella también es defensora de la reducción de decisiones no críticas. "Averigüe qué va a usar la noche anterior o use lo mismo todos los días”.
Los líderes que saben cómo mejorar su propia función cerebral pueden aplicar estas lecciones a sus empresas. Por ejemplo, al crear programas de trabajo interfuncionales, ayudan a los empleados a forjar nuevas vías neuronales y a desarrollar la flexibilidad del cerebro a medida que dominan el conocimiento y las habilidades desconocidas.
Los líderes también pueden usar su comprensión del cerebro para alejar el miedo y el estrés del lugar de trabajo y desarrollar la confianza. El estrés aumenta el cortisol en el cerebro, lo que afecta negativamente el pensamiento y la capacidad de controlar las emociones. A niveles sostenidos, las personas entran en modo de supervivencia.
Por el contrario, si te encuentras en un entorno realmente emocionante donde tienes mucha de la hormona oxitocina circulando por tu organización, es más probable que tomes decisiones que no se basen en la escasez y la supervivencia, sino en la abundancia, así la innovación y la asunción de riesgos florecen.
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