Los empleados renuncian generalmente por la falta de crecimiento en la empresa, por eso las firmas deben buscar estrategias para motivar a los empleados.
Pareciera que tener un empleado contento bastaría con una buena paga y un plan de compensación, pero detrás de la realidad hay otras cuestiones que retienen a un profesionista que no siempre tiene que ver con el dinero.
En opinión de Helios Herrera, asesor de empresas y autor del libro ‘Tu Carrera Después de la Carrera', el salario es el primero factor que influye, aunque la persona puede cambiar de empleo y ‘sacrificar una parte económica' si se le ofrece certeza laboral en otro lugar. Otro elemento que importa al trabajador es la forma en la que lo tratan en el trabajo.
En el tema de motivación, las empresas tienen que pensar en estrategias muy focalizadas. No es lo mismo incentivar a trabajadores jóvenes, con escasa escolaridad, mujeres, o gente de mayor edad de la cual se busca recuperar su reconocimiento.
A veces las empresas no son malas con la forma en la que retienen a su personal, pero el problema está en que los trabajadores acepten trabajos que no cumplan con sus expectativas personales. Hay varios mitos relacionados a la motivación empresarial, entre los que están:
1. La culpa del desánimo la tiene la empresa
Mentira. Una importante cantidad de personas cambiaría su empleo hoy mismo, si se pudiera, pero el origen de ello no es la empresa, sino haber tomado un trabajo "que no me hace feliz, ni me llena, pero sí es el que pude encontrar y satisface mis necesidades (económicas) primarias"
2. La situación económica ‘impone'
Verdad. En muchas ocasiones, el empleado que encuentra una certeza económica en su trabajo termina por olvidar satisfacer la parte emocional que genera un empleo en el que se siente pleno. Eso sucede en 20% de los casos, en el otro 80% las personas evitan moverse porque saben que el cambio podría no darse rápidamente.
3. Para motivar hace falta dinero
Falso. Si bien el sueldo es importante, existen otros factores que ayudan al personal a sentirse apreciado. La forma más económica de motivar a un empleado es indicarle cómo su trabajo afecta los intereses de otras personas. "No necesitas gastar una fortuna, sólo hacerle saber que su labor trasciende".
4. Todos tienen un precio (en pesos)
Mentira. Si la organización tiene más capital para invertir en planes de incentivos para a su gente, hay que ponerse creativos.
Está comprobado que después del ingreso formal la persona valora más otro tipo de premios, dice Herrera. Recibir un pequeño obsequio, otorgar tiempo libre, entre otras iniciativas, generan un carácter de largo alcance para la empresa. Es decir, si como director permites que una persona se vaya temprano porque estudia, cada que esté en clases recordará que su jefe fue flexible con él o ella. Eso tiene una perdurabilidad que el dinero no alcanza a cubrir.
5. Sentirse bien en la empresa es el resultado de varios factores
Verdad. Que una persona se sienta satisfecha en el lugar donde labora no depende de sólo una variable. Un empleado puede estar bien pagado, pero si el ambiente laboral es hostil, desgastante y el jefe lo hostiga continuamente, la persona optará por salir de ese lugar, tarde o temprano.
6. Dar espacios de esparcimiento soluciona problemas
Verdad (a medias). Una regla general en las compañías es que no pueden atender necesidades superiores, si tienen insatisfechas las primarias. Ejemplo práctico: si la firma propone tener una ludoteca o que sus trabajadores canten todas las mañanas, pero no paga un sueldo competitivo, o no toma en consideración la opinión de los equipos, los empleados terminan por rechazar cualquier otra propuesta.