Martin Luther King, Jr. inspiró a una generación con su poderoso "Tengo un sueño". JFK, Ronald Reagan, y Bill Clinton alcanzaron fama ofreciendo discursos. Las charlas de TED han pasado al estado de celebridad basado en su capacidad de dar mensajes atractivos e inspiradores. En pocas palabras, los grandes oradores cambian el mundo.
Como alguien que da más de 100 discursos al año, he pasado años estudiando el arte de hablar en público. ¿Por qué algunas personas son totalmente una bomba, mientras otros se elevan? ¿Por qué algunas de las personas más inteligentes, más capaces, dejan al público confundido e incómodo en un discurso? ¿Y qué hace que una charla sea memorable, energizante e impactante? Haciendo estas preguntas durante años y observando casi 1.000 discursos, he descubierto los cuatro ingredientes clave de un discurso ganador. Dos basados en el contenido y dos en la entrega, estas sencillas guías pueden convertir una presentación aburrida en una obra de arte:
¿Qué dices?
1. Claridad. En lugar de un cúmulo de datos cargados de palabras llenas de todo lo que has aprendido, elabora tu mensaje para que tu audiencia pueda seguirlo y absorberlo. Un gran discurso es sobre la audiencia, no el orador. En consecuencia, haz tus puntos crujientes, concisos y accesibles. Estructuras como una lista numerada (las 3 leyes del servicio al cliente, los 5 pasos para la grandeza de ventas) o una metáfora extendida (lo que las mamás del fútbol y los principales ejecutivos tienen en común) puede ayudar a establecer guías para que el público entienda y recuerde su contenido. Menos mensajes y mensajes respaldados con ejemplos memorables, son mucho mejores que tratar de transmitir tu conocimiento enciclopédico.
2. Historia. La teoría casi siempre cae tan plana como ese profesor aburrido y desaliñado que tenías en la universidad. En su lugar, aterriza tus mensajes a la vida real. Sacude a tu audiencia, desde con un toque de humor hasta con estimulación intelectual. Cuanto más evocadoras sean las historias, más impacto crearás.
¿Cómo lo dices?
3. Autoridad. Si estás fuera de equilibrio, nervioso, y al ritmo de un animal enjaulado, tu público va a absorber ese ambiente y todo tu mensaje aterrizará con un golpe nervioso. En su lugar, piensa en un presentador de noticias que ofrece contenido importante, centrado y seguro. Reemplace esa voz aguda y embriagadora con tu propia versión de "Esto es CNN" y tu contenido aterrizará con mucho más poder.
4. Pasión. La presencia y la postura confiadas por sí solas inyectan pasión energizante. ¿Qué te mueve? ¿Qué te molesta? ¿Qué te deleita? ¿Qué te hace llorar? Hazlo personal, inyectando energía y emoción y tu audiencia te sentirá, no solo te oirá.
Dominar hablar en público es una búsqueda a lo largo de toda la vida, pero el primer paso para mejorar es entender y adoptar estos principios. Probablemente no domines el escenario como Jerry Seinfeld o Beyoncé en el primer día, pequeños pasos en la dirección correcta darán resultados significativos. El despliegue de estas cuatro ideas clave incluso mejorará tu impacto de comunicación más allá del escenario, mejorando las reuniones de equipo, presentaciones individuales y los lanzamientos de ventas. Cada uno de nosotros tiene la oportunidad de compartir sus ideas, desarrollar una voz única y tener un impacto positivo en los demás. Aprovecha estos ingredientes e incluso podrás cambiar el mundo.
Autor: Josh Linkner
Exitoso emprendedor de la era digital y experto en creatividad en los negocios, autor del best seller, Disciplined Dreaming.